El consejo de ministros celebrado el 8 de marzo aprobó el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) en Economía Circular, un plan con el que el gobierno quiere acelerar la transición hacia un sistema productivo más eficiente y sostenible en el uso de materias primas y colocar a España como referente internacional en la reutilización, la gestión del fin de vida de los productos y el reciclaje.

El consejo de ministros celebrado el 8 de marzo aprobó el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) en Economía Circular, un plan con el que el gobierno quiere acelerar la transición hacia un sistema productivo más eficiente y sostenible en el uso de materias primas y colocar a España como referente internacional en la reutilización, la gestión del fin de vida de los productos y el reciclaje.

El sector de los plásticos tiene su espacio en este PERTE, que contempla ayudas por valor de 100 millones de euros para medidas como fomentar el ecodiseño, promover el impulso de los envases reutilizables y potenciar tanto el reciclado mecánico como el químico. El sector está comprometido en la búsqueda de alternativas eficientes para el reciclaje y la valorización de sus residuos debido al impacto derivado de su mala gestión, a las exigencias en las tasas de reciclado o a la necesidad de satisfacer la demanda de materias primas de calidad para el sector alimentario.

Este plan puede ser un gran impulso para las medidas que ya está tomando la industria, a la que el Ministerio para la Transición Ecológica −artífice del proyecto− ha tenido en cuenta para elaborarlo. Han incluido datos ofrecidos por las asociaciones de la cadena de valor de los plásticos, unidas en la plataforma EsPlásticos, e incluye objetivos en los que el sector lleva ya años trabajando, como el de cero plásticos a vertedero, que impulsa la búsqueda de alternativas de reciclaje y valorización eficientes; o los avances en el uso de plásticos biodegradables y compostables.

El PERTE de economía circular busca también aumentar la competitividad de los sectores industriales y de las empresas, así como asegurar una mayor autonomía estratégica del país en un contexto internacional de mucha incertidumbre. “Este PERTE contribuirá de manera decisiva a los esfuerzos del Gobierno para fortalecer la autonomía estratégica de España en cuanto a disponibilidad de materias primas y reduce nuestra vulnerabilidad ante las crisis globales”, señaló Teresa Ribera, vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

La Economía Circular supone un cambio de paradigma de producción y consumo en el que materiales y recursos se mantienen en la economía durante el mayor tiempo posible, se reducen al mínimo los residuos generados y se valorizan aquellos que son inevitables recuperando sus componentes para volver a introducirlos en el ciclo productivo.

Avanzar en la economía circular en la industria española

Este PERTE apuesta por los tres objetivos fundamentales para el avance de la economía circular en la industria española: el fomento del ecodiseño de los productos para hacerlos más duraderos y reparables; la mejora de la gestión de residuos mediante plantas de tratamiento que incrementen la reutilización, el reciclado y la incorporación de materias primas recuperadas en la producción de nuevos bienes. Y el impulso de la digitalización, que permitirá mejorar la competitividad e innovación del tejido industrial en cualquier sector.

Para lograr estos objetivos, el PERTE fija ayudas de 492 millones de euros y movilizará recursos superiores a los 1.200 millones entre inversión pública y privada que se desarrollarán desde este año y hasta 2026. El plan se compone de 18 instrumentos distribuidos en dos líneas de acción: actuaciones en sectores claves, que cuenta con un presupuesto de 300 millones y actuaciones transversales para impulsar la economía circular en la empresa, dotada con 192 millones.

Debido a la naturaleza transversal de la economía circular, una de las dos líneas de acción del PERTE está específicamente dirigida en los procesos productivos. Incorpora un programa de ayudas para el impulso de la economía circular en el ámbito de la empresa, para mejorar la competitividad y la innovación del tejido industrial y se distribuirá en cuatro categorías: reducción del consumo de materias primas vírgenes; ecodiseño; gestión de residuos y digitalización. Esta línea activará ayudas por valor de 100 millones de euros en una primera convocatoria, ampliables en 92 millones adicionales en función de la acogida y demanda.

La otra línea de actuación, financiada con 300 millones de euros, es un instrumento diseñado para impulsar la implantación de esquemas circulares en nuestro país, en particular en la industria de los plásticos, la textil y la de las energías renovables.

Las dificultades en el acceso a la tecnología necesaria, junto al elevado coste que hoy en día caracteriza los procesos necesarios para la reutilización y el tratamiento de sus residuos, hace imprescindible el apoyo público a proyectos que promuevan esta transformación, complementando los esfuerzos empresariales en este ámbito. Las ayudas sumarán 100 millones por cada uno de estos sectores.

Se calcula que la aplicación de los principios de circularidad a toda la economía de la Unión Europea podría aumentar el PIB comunitario en un 0,5% más de aquí a 2030 y crear unos 700.000 nuevos puestos de trabajo, de los que al menos un 10% podrían ser para el mercado español.

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Fuente: ANAIP